En ocasiones, un poco de sana locura le da un enorme valor a la vida. Emprender una actividad con convicción, que todos te digan que no tiene chance alguna, y que el tiempo te premie con la buena salud de aquella idea inicial, es algo que deja una sensación muy dulce. Es haber podido con lo que parecía que no se podía; es la satisfacción que genera el haber confiado en ese instinto desprendido de todo cálculo lógico. Es un poco desafiar la norma, y que no te derrote.

Emprender la actividad editorial en una pequeña ciudad como es Ayacucho, está cerca del despropósito. Sin embargo, con un socio/amigo/hermano de lujo, con principios muy concretos, los «Libros del Espinillo» no solo siguen a flote, sino que sin prisa pero sin pausa, van creciendo.

Seguramente, una de las razones que nos sostiene es nuestro amor por los libros.

Editá con nosotros. Te estamos esperando.

Pablo Zubiaurre

Dirigimos la Editorial